EL CÁNCER INFANTIL TIENE NOMBRE PROPIO.
El día que diagnostican a tu hijo, tus pies dejan de tocar el suelo y comienzas a caer por un abismo oscuro y profundo que no tiene fin. Te rompes, lloras, suplicas, gritas… pero el dolor es tan grande que nada es capaz de calmarlo y este el momento en el que el monstruo entra a saco en tu universo personal con nombre propio.
Ha estallado la guerra y casi sin armas ni recursos te diriges al frente, que en mi caso se sitúa en la 7A del 12 de Octubre. No hay tiempo para pensar. Directamente te colocas en primera línea de fuego y comienzas a ver guerreros de tamaño diminuto pero fuertes y valientes como gigantes.
Guerreros que lucen con orgullo y dignidad terribles cicatrices consecuencia de intervenciones largas, complicadas y dolorosas que han soportado estoicamente.
Por su aspecto es fácil adivinar cuáles de ellos son los más veteranos, porque es tan dura su lucha que han llegado a perder su cabellera y la han sustituido por una precioso cuero cabelludo suave, brillante, cálido… que en ocasiones cubren con hermosos pañuelos de colores o pelucas si quieren pasar desapercibidos.
Cada uno libra su propia batalla entre zofranes, vincristinas, sueros, bombas y demás municiones pero en los momentos de tregua se arman con la mejor de sus sonrisas y comparten carreras por el pasillo, partidas en la sala de juegos, batallas de agua con jeringas, karaoke…mientras el resto de la tropa (papas y mamas) comparten vivencias, cafés y en mi caso más de un cigarro en la calle.
Pero a pesar de todo, los guerreros, se sienten bien en el frente porque todos son iguales: pelones, pálidos, llenos de cicatrices… y nadie los mira con descaro mientras cuchichean “pobrecito”.
No son pobrecitos, son GUERREROS con nombre propio: Andrés, Miguel, Yago, María, Yaiza, Guadalupe, Isabel, Alonso, José, Izan, Raúl, Smailer, Said, Oscar, Valeria, Alejandro, Alex, Raúl, Claudia, Oscar, Candela, Álvaro, Marco, Nerea, Marina, Hugo, David, Ángel, Lucas, Paula, Jesús, Cristian, Lola, Presi, Jimena, José Ángel, Ainhoa, Samara, Irene, Daniel, Isaac, Marta, María, Marta, Keira, Lucía, Ruth, Laura, Nico, Miguel Ángel, Paula, Alex, Helena, Sergio y Marta.
Algunos de estos guerreros ya han vencido al monstruo pero continúan formando parte de las tropas de la 7A. Otros, están ahora mismo inmersos en plena batalla pero seguro que saldrán victoriosos. Y hay un tercer grupo, el más especial, el que más ha entregado y más duro ha peleado que han decidido continuar la lucha desde un frente más lejano y para ello han desarrollado unas hermosas alas del más fino cristal imaginable para poder volar muy alto. Y en su forma etérea vigilan al monstruo y cuidan de sus tropas (papa y mama) y de sus compis de batalla.
Todo esto hace que al final la guerra particular contra el monstruo se convierta en una causa común y se aúnen fuerzas de tal forma que llegamos a formar una familia. La familia de la 7ªA donde todo se comparte: alegrías, tristezas, batallas… porque aquí el cáncer infantil no es una utopía. El cáncer infantil tiene nombre propio, el nombre de nuestros guerreros, el nombre de nuestros hijos.
Escrito por ,
- Paloma
Cristina dice
Soy una madre que su niño tomo alas si todo es la verdad esta madre es una grand mujer siempre me recuerdo de ti cuanto siempre le regalaba a raul dulces
María Jesús dice
Paloma Murcia es una mamá coraje. Estoy muy orgullosa de tenerla de amiga.
Te quiero mamá leona
beatriz dice
gracias por sacarnos una sonrisa y lagrimas de emocion, siempre os llevare en mi corazón. Una mamá q tiene un angel en el cielo