* Los caballitos de mar que nunca dormían
La premisa más importante es que tu hijo es el protagonista: El será el caballito de mar de color azul cristalino.
Tú serás otro caballito azul que le acompañarás en el viaje. (Realmente serás su guía a través del cuento).
Lo primero que tienes que hacer es ponerle en situación:
- Vais a jugar a un juego que se llama El Juego de los Viajes.
- Lo único que tiene que hacer él, es estar tranquilo porque es un juego muy fácil y sólo tiene que imaginar todo lo que le vas a contar
- Le dirás que tú le vas a acompañar porque no te lo quieres perder.
Así que le vas a llevar contigo con la imaginación a un lugar placentero donde existen muchos caballitos de mar.
El objetivo de este cuento es que tanto tu hijo como tú, lo viváis como si estuviera ocurriendo en ese mismo instante, para así nutrir su sistema inmunológico de una manera divertida, llevando la mente a lugares insospechados.
Te recomiendo que lo leas sol@ un par de veces, así será mas fácil interpretar y transmitir de la mejor manera, todas las sensaciones y emociones, sacando el máximo partido.
Este cuento se lo dedico a Goyo, el que fue mi amigo de aventuras.
Tan solo tienes que sustituir su nombre por el de tu hij@.
Comenzamos con el Juego de los viajes!
La manera de contar este cuento es dirigiéndote a él, así que le dirás:
Vamos a jugar a un juego imaginario… y nos vamos a convertir en… caballitos de mar.
Y lo primero que nos vamos a imaginar es que estamos en la playa…
Nos metemos en el agua…
– Nos convertimos en Caballitos de mar, para que nadie nos eche de menos y poder estar dentro del agua todo el día.
Somos preciosos y relucimos porque somos de un color azul brillante.
Todos los demás caballitos son verdes y no brillan tanto como nosotros; por eso, no los podremos ver hasta que no estemos muy, muy cerca de ellos.
Así que vamos a nadar, sin prisa, despacito… nadamos lentamente, sintiendo el agua calentita acariciando nuestros pequeños cuerpos. Dame tu mano y nademos juntos. (Cogeros de la mano)
Además, los caballitos de mar nunca se cansan.
¡Así que imagínate lo bien que nos sentimos dentro de agua sin hacer ningún esfuerzo para poder sostenernos y flotar!!!
Las olas del mar nos están acompañando y son las que nos llevan a donde están los caballitos verdes que aún no conocemos.
Vamos juntos, contentos, buceamos y escuchamos el sonido de los animalitos.
Mira todos los colores de las plantas: Verdes, rojas, violetas y amarillas…
Toma cógela y mira que bien huele la roja. Mmmmmmmmmm. (hacer el gesto de oler las flores)
Seguimos nadando y ahora sacamos nuestras cabecitas del agua y respiramos la brisa del mar, lento y profundamente porque no tenemos prisa en llegar, estamos tan a gustito…. (Hacer el gesto de inspirar y espirar, muy despacio…)
Goyo allí a lo lejos!: Hay más caballitos de mar como nosotros y están saltando de alegría… ¿Los ves? Saben que llegamos porque nuestro color azul brillante nos delata y están muy contentos porque quieren conocernos.
Dame la mano, metamos nuestras cabecitas dentro del agua y sigamos nadando y buceando, despacio hasta llegar allí, ¡qué ganas de conocerles!
Mira Goyo: ¡Ahí hay un delfín y viene a buscarnos!
Dice que nos subamos encima de él, ¡nos quiere llevar a la isla donde se encuentran los otros caballitos verdes y todo el mundo marino!…
¡Vamos a subirnos! te ayudaré. ¡Qué suave es y qué simpático!
Goyo, agárrate a su aleta, aunque no vayamos muy deprisa estaremos más seguros. Aprovecha este momento y acarícialo, ¡Qué piel más tersa!
-¿Ya hemos llegado delfín?
Jeja ¡Qué cosquillas nos hace con su naricilla!…
– ¡Gracias delfín! Ha sido un viaje maravilloso.
¿Podrías esperarnos aquí para después traernos de vuelta a la orilla? No tardaremos mucho: tan solo queremos conocer el maravilloso mundo marino que vive aquí.
¡Qué gracioso! ¡Mira como mueve su cabecita diciendo que si!
Ya veo a los demás. ¡Qué contentos están!
Mira Goyo! allí a lo lejos. ¡El caballito verde está poniendo música! Vamos para allá!
Cuantos animales marinos guauuuuuuu….: erizos, tortugas gigantes, peces de todos los colores, una ballena y muchas estrellas de mar!
¡Fíjate cómo bailan! ¡Y todos nos saludan! ¡Tenemos que darles las gracias por darnos esta bienvenida! ¡Vamos donde está el caballito de mar verde!
-Hola caballito de mar verde. Queremos darte las gracias, mi hijo y yo, por celebrar nuestra llegada y nos gustaría corresponder de alguna manera a toda vuestra simpatía. ¿Podemos hacer algo por vosotros?
Goyo el caballito dice que nos sentemos, que nos pongamos cómodos y que todo esto lo han preparado para nosotros.
-Muy bien y ¿a qué se debe tanta celebración caballito verde?
El Caballito verde nos contesta:
– Necesitamos vuestra ayuda, Estamos seguros de que solamente los caballitos azules y brillantes como vosotros podéis ayudarnos. Hay unos caballitos de color rojo que nunca duermen por las noches y nos roban la comida mientras dormimos. Nosotros salimos todas las mañanas con la luz del día en busca de comida porque el sol nos ilumina el camino pero los caballitos rojos ya no se despiertan para venir a ayudarnos.
– Muy bien caballito verde veremos lo que mi hijo Goyo y yo podemos hacer
Se está haciendo de noche…
Mira Goyo cuantos caballitos rojos se acercan!
Están esperando a que los demás se vayan a dormir para robar la comida y se acercan a los almacenes aprovechando que los demás discuten.
-¿Tienes alguna idea hijo??
-Goyo: Si!
Entonces me dices:
-Goyo: Si conseguimos que los caballitos rojos duerman por la noche no tendrán oportunidad de venir a robar comida.
-¿Cómo lo vamos a hacer hijo?
Y tú me dices:
-Goyo: Vamos a preguntar al mundo marino qué saben de los caballitos rojos.
-Están todos callados Goyo ,haz la pregunta
Y tú preguntas:
-Goyo; ¿Alguien sabe por qué los caballitos rojos no duermen por la noche?
Tu: ¡Qué revuelo!. Todos quieren hablar a la vez
-¡A ver! ¡De uno en uno!
Tu: Goyo, parece que va a hablar el erizo
El erizo:
– Antes de que ocurriera todo esto, los caballitos rojos salían con nosotros a buscar comida durante el dia y en más de una ocasión he visto a algún caballito rojo perdido mientras los demás buscaban comida en grupo.
-Ahora va a hablar la tortuga:
La tortuga gigante:
– Yo me encontré a otro de ellos durmiendo en una de mis piedras favoritas a la misma hora en la que todos los demás caballitos verdes buscaban comida.
-Y ahora la estrella de mar:
– Yo vi a un grupo de ellos hablando de lo avergonzados que se sentían cada vez que se perdían cuando salían a buscar comida con los demás caballitos.
Tú hijo, entonces dices:
-Goyo: No podéis vivir así, con miedo, y sin dormir protegiendo el almacén de comida.
Un caballito verde dice: ¿Y qué podemos hacer?
Y tú, hijo, respondes:
-Goyo: He visto que tenéis tanta comida almacenada como para vivir durante dos años. Si queréis que ninguno de vosotros haga guardias en la puerta del almacén debéis tomar una sabia decisión.
Tú: Quieren saber cuál Daniel.
Y tú hijo, respondes y me dejas alucinada!
-Goyo: En lugar de que vengan a robaros la comida podéis ofrecérsela vosotros mismos.
Tú: la culebra quiere hablar… a ver qué dice.
– Si le damos nuestra comida, ellos se volverán vagos y no saldrán nunca a buscar más comida con nosotros.
Tú: Y ahora es Goyo cuando das el remate final y nos dices a todos:
-Goyo: Los caballitos rojos están avergonzados por no salir con vosotros a buscar comida porque, cuando lo hacían, se perdían y se quedaban por el camino. Nos lo acaban de contar vuestros amigos el erizo, la tortuga gigante y la estrella de mar. Cuando salíais a buscar comida todos juntos, los caballitos rojos se perdían y acababan cansados de buscaros quedándose dormidos por todas partes! Por eso, por la noche no duermen y aprovechan para robaros la comida para poder sobrevivir.
Tú: Sigue Goyo muy bien dicho!
Goyo – Si vosotros le dais la comida, tendréis una oportunidad perfecta para poder hablar con ellos y decirles que no tienen por qué avergonzarse si se pierden durante la búsqueda de la comida, porque a partir de ahora les vais a ayudar y vais a estar pendientes para que no se pierdan por el camino.
Tú: Goyo, mira las caras de todos: ¡están asombrados! ¡No pueden creer que una solución tan sencilla pueda transformarse en algo tan grande!
Tú: sigues hablando y dices:
-Goyo: Con esta actitud conseguiréis que los caballitos rojos duerman por la noche y asi no tengáis que estar pendientes de ellos, y cuando se despierten por la mañana iréis corriendo todos juntos a buscarles a sus habitaciones y los agarraréis de la mano tan fuerte que no se volverán a perder nunca más.
El sol brillara para todos!!
Tú: Goyo, todos los caballitos rojos han escuchado todo lo que dices. Se miran unos a otros. Sus caras reflejan agradecimiento y mucho amor, ¡ya no están enfadados!
Tú: – Mira Goyo: El delfín viene a buscarnos. Eso quiere decir que aquí acaba nuestro viaje y que tenemos que volver a la orilla donde todos nos están esperando. Nuestro trabajo ya está hecho hijo. Míralos como se abrazan sonriendo de alegría y nos dicen adiós. Súbete al delfín que tenemos que volver.
¡Adiós a todos!!
Tú:- Ahora te dejaré en la cama para que descanses del viaje y sueñes con todos los amigos que hemos conocido. Yo haré lo mismo. Un beso mi amor.
FIN
Cuenta la leyenda que…..
Si te conviertes en un caballito azul, eres capaz de nadar durante mucho tiempo sin cansarte de flotar y de sentir todo aquello que deseas durante todo el tiempo que quieras. Tan sólo tenemos que jugar.
Todo el mundo sabe que los caballitos azules son los más queridos en el mar porque son vistos desde muy lejos (por la luz que desprenden) y se sabe que cuando aparecen, es porque vienen a traer buenas noticias y a ayudar a aquellos que lo necesiten.
También cuenta la leyenda que hoy en día no se encuentran caballitos rojos en el mar porque un día, alguien con un corazón muy grande sintió la necesidad de ayudarles convirtiéndose así, con el paso del tiempo, en caballitos azules muy brillantes.
Dedicado a mi amigo Goyo , con el que disfruté de muchas aventuras.