Siempre he querido contar lo que me sucedió durante mi niñez y adolescencia, pero no encontraba la manera de hacerlo sin que las personas que me escuchaban, se quedaran únicamente con el drama que aparentemente trata.
Digo aparentemente porque realmente no fue lo que yo viví. No es lo único que te ofrece esta enfermedad. Esta experiencia te trae muchas más cosas de las que jamás pudierais imaginar.
Hoy he encontrado la manera de poder hacerlo, hoy voy a contar a las personas a las que realmente les importa, que sois vosotros, los maravillosos padres, que existen más caminos de los que pensáis para andar este largo trayecto.
Mis padres no optaron por el único camino que creemos que existe para lidiar esta enfermedad, ellos supieron abrir sus mentes y elaboraron uno nuevo, quedándose solamente con lo que de verdad importa.
Este libro quiero dedicárselo a todos esos grandes cuidadores que sois vosotros, esas personas que os merecéis la misma atención que vuestros hijos e hijas en este camino que vais a compartir y que ya está comenzando.
Vais a ser los máximos protagonistas porque así lo requiere mi historia.
Este libro es para vosotros, los padres, porque sois los máximos implicados y, por eso, no os podéis perder todo lo que tengo que contaros:
- Os prometo descubrir los verdaderos valores, las verdaderas herramientas útiles que necesitamos en este viaje.
- Vais a despojaros de lo que no os interesa y de lo que ahora mismo no os gusta pensar ni sentir.
- Vais a expulsar definitivamente de vuestras mentes todo aquello que os está haciendo tanto daño y que creéis saber y que habéis aplicado sin filtros y por error en vuestras vidas.
- Vais a convertiros y transformaros, junto con vuestro hijo o hija, a través del camino correcto de la curación.
- Vamos a introducirnos en un viaje que es desconocido y todos creen saber qué es, pero solo unos cuantos experimentamos.
- Vamos a introducirnos juntos en esa realidad que ahora mismo no sois capaces de mirar a la cara con claridad.
Seréis capaces de verlo todo desde una posición más amable, revaluando la situación desde la perspectiva de una niña de diez años, la que yo fui. Os voy a enseñar el camino correcto a seguir, pero primero de todo quiero que os pongáis cómodos, porque nos vamos a introducir en vuestro viaje y lo vamos a hacer juntos.
No temáis, va a ser fácil, tengo una bola de cristal, esa que seguramente os gustaría tener en estos momentos para visualizar más allá de lo que creéis saber.
Vais a descubrir lo desconocido, lo que jamás nos cuentan. Os voy a mostrar todo aquello que queréis ver ahora, adelantándonos en el tiempo.
Será un buen comienzo