Un día leí, ya no recuerdo dónde, algo que me llamó mucho la atención, algo que me ayudo a entender una de las estrategias que siempre he utilizado para desaparecer de donde en aquellos momentos difíciles no quería estar. En resumidas cuentas, leí que tu cuerpo físico no entiende de espacios ni de tiempos. Son independientes de tu mente. ¡Qué raro suena, ¿verdad?!
Me explico: Todo lo que tu mente puede llegar a imaginar, tu cuerpo físico lo recibe tal y como si lo estuviera viviendo en ese mismo instante.
Por ejemplo, si te imaginas que estás en una playa paradisiaca, tu organismo puede llegar a beneficiarse de esas buenas sensaciones, exactamente igual que si tu cuerpo estuviera allí. ¡Es una pasada!
¡Tan solo hay que sentir! La mejor noticia es que esas buenas sensaciones también puedes crearlas cada vez que quieras. Esto significa que podéis viajar con vuestro hijo allá donde quiera ir. Suena fácil, ¿verdad? Pues lo es […]
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