Quiero contaros mi percepción personal desde mi experiencia, respecto al fabuloso artículo que ha sido escrito en la revista Buenavida, (el País) en el apartado de salud, cuyo enlace incluyo para que sepáis de qué se trata.
No tiene desperdicio…
Os lo resumo, el titular fue;
¿Por qué es un error llamar guerra al cáncer y héroe a quien se cura?
El articulo muestra una reflexión sobre las metáforas que utilizamos la sociedad para referirnos a todo lo que conlleva esta enfermedad. Y hace más hincapié sobre todo, en las que parece ser, tienen una connotación «violenta» tales como; «batalla», «lucha», «guerra», al igual que nos referimos a la quimioterapia o radioterapia como «el bombardeo que destruye al enemigo».
Entre otras metáforas también existen: «viaje», «restablecimiento del equilibrio interior», » el invitado que no quiere irse de casa»
La controversia viene dada, cuando algunos pacientes se rebelan porque no quieren sentirse fracasados por algo que escapa a su control. Se niegan a creer que si mueren, es porque no han combatido lo suficiente. Esta interpretación desde mi punto de vista contraproducente para el paciente, es también totalmente comprensible.
Me gustaría hacer una aportación personal al respecto, que pueda ayudar a que esta percepción no intervenga de manera no favorable en el ya arduo proceso o en el desenlace que se haya ocasionado.
Hay que tener en cuenta que no hay una «fórmula mágica y generalizada «en la que cualquier medio de comunicación se pueda referir en un momento dado haciendo alusión al tema del cáncer o a algún testimonio que nos haga sentir a todos los afectados satisfechos. Como al igual, que no hay nada que se trate de manera generalizada en la vida, que nos haga sentir a cada uno de nosotros por igual. Aceptarlo, sería muy buena opción para partir desde esa base.
Debemos pensar siempre a nuestro favor y saber interpretar que cada opinión, palabra, metáfora o discurso que aparezca en cualquier medio de comunicación o en cualquier conversación, es por el simple hecho de que hay personas afectadas que lo han utilizado como apoyo y les ha servido durante el transcurso de su enfermedad, parándose o no, a pensar en el desenlace. Existen más opciones de pensamiento, y cualquiera de ellas las podemos utilizar como impulso para también poder elegir el cómo queremos vivirlo de manera individual, diseñando nuestras propias metáforas, creando así nuestra experiencia, transformándose en lo que a cada uno de nosotros, nos sirva para cada instante, independientemente de saber o no, cuál será el desenlace, porque ante tales circunstancias, no nos podemos permitir ningún motivo que nos cohíba sentir y estar presentes, mientras pasamos por el proceso , y tan solo con eso, que no es poco, el fracaso no existe.
En mi libro, cuento cómo elaboré cuando tan solo era una niña, mis propias metáforas para vivir día a día. Siempre con la ayuda de mis padres, y un gran equipo. GRACIAS.
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