Cuando recibes la inesperada noticia de que tienes cancer, una de las primeras reacciones es quedarte en estado de shock, a este proceso le sigue la ira y el enfado, luego viene la tristeza ( la parte en la cual te sientes más en soledad) y si pasado todo esto, tienes la capacidad de recomponerte , llega la ACEPTACIÓN que no debemos confundirla con la resignación. Todo el que conoce este proceso sabe que no es un camino fácil .
Pero existe otra parte más que añadir, la cual, desde mi experiencia, fue crucial y me enseñó a convivir con la enfermedad .
LA RECONCILIACIÓN . Sí amigos míos , me hice amiga del cancer nada más y nada menos que durante ocho años . No luché contra él , sino que luchamos juntos porque pensaba que si «eso» estaba conmigo, significaba que formaba parte de mi y, por lo tanto decidí amarme al completo . Le enseñe todo lo que quería saber, le mostré todo aquello que guardaba tan dentro de mí a modo secreto, tuve largas conversaciones , hasta que al final le comprendí y supe a qué había venido. Una vez hecho esto , cogió sus cosas y se marchó , ni tan siquiera se despidió, se fue igual que vino, todo un misterio …..
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